Leo una interesante noticia en Levante-EMV: les Corts Valencianes han hecho público el gasto para coches oficiales, que asciende a 537.735€. Esa cantidad incluye el gasto del último cuatrimestre (para 2 de los 11 vehículos ya contratados) y 300.000€ para la adquisición de otros 4, en régimen de renting. Una cifra nada despreciable, que se añade a los 285.000€ ya pagados por adquirir cuatro anteriormente; a esto probablemente hay que añadir los gastos para los sueldo de los chóferes, la gasolina, manutención etc. La cifra total no la conoceremos nunca, como en el caso de la visita del Papa, pero seguro que es mucho más de la suma de las cantidades enumeradas aquí.
Al hilo de la noticia publicada, me he acordado de un rifirrafe verbal que tuve hace unas semanas con el presidente de las Corts Valencianes Julio de España, a cuenta de dos coches oficiales aparcados a escasos metros de la puerta de entrada. Y que además obstruyen el acceso al aparcabicis. Resulta que el tal casi ex-presidente Julio de España pretende que su coche esté esperándole en la puerta, para que no dé un paso más, y mira que le hiciera falta, visto la mole que ostenta, no fuera por otra cosa que por su propia salud. Y además mofándose de que “ahora, claro, se estilan la bicicletas…”, cuando pedí que dejarán libre ese espacio. Bochornoso!!!
Claro está que no se puede pretender que unas personas “en avanzado estado de descomposición moral”, puedan siquiera plantearse la más remota posibilidad de despegar sus traseros de los mullidos asientos de sus Audi A8, con el confort del aire acondicionado y de un chofer al volante. No es imaginable! Lo que menos se entiende es como los ciudadanos permitamos estas cosas. Esos odios privilegios a costa de los impuestos públicos y de la decencia deben ser erradicados, para que los representantes públicos sean los primeros en dar un ejemplo de sobriedad y de trabajar para l@s ciudadan@s. ¿UTOPÍA? Depende también de nosotros.
Al hilo de la noticia publicada, me he acordado de un rifirrafe verbal que tuve hace unas semanas con el presidente de las Corts Valencianes Julio de España, a cuenta de dos coches oficiales aparcados a escasos metros de la puerta de entrada. Y que además obstruyen el acceso al aparcabicis. Resulta que el tal casi ex-presidente Julio de España pretende que su coche esté esperándole en la puerta, para que no dé un paso más, y mira que le hiciera falta, visto la mole que ostenta, no fuera por otra cosa que por su propia salud. Y además mofándose de que “ahora, claro, se estilan la bicicletas…”, cuando pedí que dejarán libre ese espacio. Bochornoso!!!
Claro está que no se puede pretender que unas personas “en avanzado estado de descomposición moral”, puedan siquiera plantearse la más remota posibilidad de despegar sus traseros de los mullidos asientos de sus Audi A8, con el confort del aire acondicionado y de un chofer al volante. No es imaginable! Lo que menos se entiende es como los ciudadanos permitamos estas cosas. Esos odios privilegios a costa de los impuestos públicos y de la decencia deben ser erradicados, para que los representantes públicos sean los primeros en dar un ejemplo de sobriedad y de trabajar para l@s ciudadan@s. ¿UTOPÍA? Depende también de nosotros.