LA DOBLE VARA DE MEDIR

Dos acontecimientos muy diferentes entre sí, pero con más similitudes de lo que a simple vista se pueda imaginar, me han llamado la atención en estos días. Uno es la beatificación de 498 “mártires” de la Iglesia Católica en los años de la guerra civil española. Otro muy diferente, es la muerte de Daniel Oliver Llorente, joven estudiante de la facultad de Derecho de la Universitat de València, agredido mientras defendía a una chica de los insultos de su novio: un puñetazo le catapultó al suelo, provocándole heridas mortales a la cabeza.

Los dos sucesos, aunque muy alejados entre sí, tienen algo en común: la doble vara de medir, el diferente tratamiento que han recibido. En el caso de las beatificaciones, curiosamente se han quedado fuera los católicos y religiosos del bando republicano. Y el capellán valenciano Antoni Llidó, víctima de la persecución pinochetista en el golpe de estado de Chile en 1973, no merece ni siquiera una mención. Víctima de una dictadura fascista, y probablemente por eso no ha recibido ninguna atención. La Iglesia Católica, mientras tanto, callada i sin pedir perdón, por el apoyo dado a la dictadura franquista y el silencio cómplice con la de Pinochet.

El otro caso es el de Daniel, matado a puñetazos por un energúmeno, que ni siquiera está bajo custodia policial, y que a razón de las declaraciones de la Fiscalía, no parece que de momento le vaya a tocar. Todavía están esperando el veredicto del forense (¿?). Y Daniel Oliver descansa 2 metros bajo tierra desde hace unos días!! Diferente ha sido el tracto dispensado al caso del agresor racista de Barcelona: la prensa se ha movilizado, la Fiscalía y el poder político han sido muy activos, convirtiendolo en problema de alcance nacional, de extrema gravedad y peticiones de penas durísimas.

!Una doble vara de medir injusta e insultante!