El nuevo año ha comenzado mal para la Central Nuclear de Cofrentes: un malfuncionamiento en una válvula de seguridad ha hecho saltar la alarma y se ha tenido que rebajar a toda prisa la potencia del reactor. Igual que hace dos meses, en noviembre pasado, cuando una prealerta de emergencia obligó al paro de las actividades de la Central durante varios días. Después de una "revisión a fondo de la Nuclear, todos los problemas están resuelto y puede funcionar en las mejores condiciones", según rezaba un comunicado de la dirección de la CN de Cofrentes, ha seguido funcionando.Evidentemente no fue así: la Nuclear de Cofrentes arrastra problemas tras problemas, demostración clara de su obsolescencia. Solo en el 2008, los días de parada o de funcionamiento a baja potencia, para resolver diferentes problemas, asciende a varios meses (un mínimo de 83 días). La Central española que más incidentes ha tenido en el pasado año!
Las Centrales Nucleares españolas fueron apercibidas por parte del Ministerio de Industria y el Consejo de Seguridad Nuclear por los múltiples incidentes y las deficiencias de seguridad. Eso no ha impedido que se vuelvan a repetir la paradas y las emergencias: demostración de que no se están aplicando los mecanismos de corrección de los fallos ni los procedimientos de evaluación. Además, nunca se ha dado una información clara y transparente de las causas de fondo de la corrosión de los mecanismos de accionamiento de las barras de control del reactor; de la acumulación de substancias radioactivas en el circuito primario; de las malas prácticas de funcionamiento de control interno de la Central Nuclear.
La licencia de la CN de Cofrents caduca en el año 2011. Pedimos que no se renueve el permiso de funcionamiento y que a partir de ya mismo se empiece el proceso de cierre definitivo. La solución a los problemas energéticos y al cambio climático no pasa por la energía nuclear: una energía altamente subvencionada, muy peligrosa y que representa una dependencia de España y del País Valencià, ya que el uranio y la tecnología de enriquecimiento son extranjeras. La solución pasa por la eficiencia energética, la reducción del consumo y el impulso de las renovables, que pueden abastecer el 100% de las necesidades energéticas.
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