El empresario Álvaro Pérez Alonso, apodado El Bigotes por sus conocidos, se paseaba por la sede del PP valenciano como si fuera su segunda casa. No era para menos: desde el 2003, año de fundación de la empresa Orange Market en el municipio de Algemesí (
porque precisamente allí, en ese pueblo de la provincia de Valencia?),
sus cifras de negocio y los encargos por parte de las Administraciones públicas valencianas y del mismo Partido Popular, no han parado de crecer. Si se trataba de montar el estand de Comunidad Valenciana en Fitur, allí estaba Álvaro Pérez para prestar sus servicios. Un acto de la campaña electoral del Partido Popular, una aparición estelar de Francisco Camps, el Congreso de Valencia que volvió a encumbrar a Mariano Rajoy como líder del PP: Orange Market era la empresa agraciada y por supuesto el mostachon de su responsable en Valencia dirigiendo con esmero a pie de obra, para que todo estuviera a punto. Millones de euros muy bien ganados....
Ahora la firma Orange Market y su hombre en Valencia, se ven involucrado en la investigación que el juez de la Audiencia Nacional Baltasár Garzón y la Fiscalía Anticorrupción está llevando a cabo. En la presunta trama de corrupción, que tiene como escenarios Boadilla del Monte y Majadahonda(Madrid), Marbella y Cádiz (Andalucía), Valencia, están imputados ex altos cargos del Partido Popular, estrechos colaboradores de cargos de este partido, empresarios que se dedican a organizar eventos, congresos y campañas electorales del PP en las tres autonomías. Anticorrupción les imputa delitos de cohecho (soborno a funcionarios), tráfico de influencias, blanqueo de capitales, fraude fiscal y asociación ilícita (actuaban como banda organizada). De momento se han dictado
provedimientos de custodia cautelar para 5 personas: Pablo Crespo Sabaris, ex secretario de Organización del PP gallego; Francisco Correa Sánchez, habitual organizador de actos del PP, amigo personal del yerno de Aznar, Alejandro Agag, del que fue testigo en su boda; María del Carmen Rodríguez Quijano, esposa de Correa y ex jefa de gabinete del ex alcalde del PP en Majadahonda y ex secretaria general del partido en ese municipio; y dos personas más que aparecen en su amplio entramado de empresas, Felisa Jordán Goncet y Antoine Sánchez.
Destaca la figura de
Francisco Correa, que en
una interceptación telefónica se jacta de tener "
un tema gordo en Valencia, con un PAI prácticamente cerrado, el tío pide 1.000 kilos de más. Compramos a 10.000 y vendemos a 20.000. Ganamos 12.000 kilos. Un empresario pone el 50% y yo otro 50%. De mi 50% yo reparto con Ramón Blanco, con Álvaro (Pérez), con Pablo y con el alcalde... Hay un tema medioambiental que lo desbloqueo yo". Los PAI (Programa de Actuación Integrada) son el instrumento mediante el cual se promueven actuaciones urbanísticas, que hemos denunciado en reiteradas ocasiones por ser el agujero negro de la corrupción, por no estar sometidos a las necesarias garantías legales. Y que la Comisión Europea está investigando por las misma razones.
Otro personaje singular de esta trama es José Luis Ulibarri, empresario de la construcción, ahora bajo sospecha en Boadilla del Monte por la adjudicación de proyectos urbanísticos, en ese ayuntamiento gobernado por el PP. Y que, mira tu por donde, se da la
extraña coincidencia de ser otro de los agraciados por el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat Valenciana: por un lado se adjudica nada menos que 13 licencias de TDT, otorgadas por el Gobierno de la Generalitat que preside Francisco Camps, y la construcción del hospital comarcal de Lliria; al mismo tiempo compra el 80% de la televisión municipal y se le adjudica la construcción de dos aparcamientos subterráneos en la ciudad de Valencia. Que buenos empresarios, que campeones de la libre empresa!
Como vemos una gran fiesta del libre mercado, del progreso, del crecimiento continuado sostenido e ininterrumpido. Un evento festivo imparable (hasta ahora...).
La Alcaldesa de Valencia Rita Barberá, no está dispuesta a que pare, por eso está enfadada, picada y nerviosa. Apela al ventilador que ha puesto en marcha, según ella, el PSOE para airear los trapos sucios. Si nos lo permite, nos gustaría darle un modesto consejo: con menos chulería y más transparencia, nos explique su extraneidad y la de su partido de los hechos investigado. Que lo haga con el "
ventilador en la mano", tal y como ha amenazado hacer: nos de cumplida cuenta de la facilidad con la cual estos señores han sido agraciados con licitaciones y adjudicaciones por parte del Ayuntamiento de Valencia, de la Generalitat y del Partido Popular de manera casi simultanea. Como si fueran la misma entidad: uña y carne del mismo cuerpo que empieza a sufrir un principio de gangrena.
Valencia era una fiesta...pero ya parece llegar a su final!