La predilección del PP por los productos primigenios de la tierra valenciana, por otro lado muy loable y compartida, está convirtiendo el escandalo de corrupción en un florilegio de metáforas campestres dignas de mejores usos. Si al principio de todo el batiburrillo estuvo Orange Market, echando la vista atrás (con ira...) vuelve a la memoria el incomprendido Carlos Fabra, excelentísimo motor de la economía castellonense, cuyos líos con la hacienda pública empezaron con los pesticidas Naranjax. Casualidades de la vida? O simple y llanamente la importancia del cítrico fruto para el imaginario colectivo valenciano, santo y seña del panorama levantino, que alimenta los sueños de una riqueza más allá de la tierra?
Si El Bigotes hizo que nos percataramos, por sí quedaban dudas..., de las profundas conexiones emocionales de la sociedad valenciana con el naranja y las naranjas (más allá de una confusa y ambigua seña de identidad...), la guinda sobre el pastel la pone el muy poco seráfico Conseller de Gobernación Serafín Castellanos. Cuya estrella había sobrevivido a las luchas fratricidas entre Zaplanistas y Campsistas (ahora se explica porque...), situándose como hombre de pro del Campsismo Campeador. Y que ahora nos ofrece la versión apitxat de la trama, con la implicación de un amigote suyo, compañero de pilota y quien sabe si de juergas, que responde al nombre de Taroncher. Beneficiario de jugosos contratos con las Consellerias dirigidas por don Serafín: faltaría más, si su mujer es socia del Taroncher...porque no exprimir las cuentas públicas!
Lo que había empezado como una maniobra del partido que "más odia a los valencianos", según la consigna repetida hasta la extenuación (y que había encontrado una inoportuna cuanto providencial montería), se ha trasmutado en un serio quebradero de cabeza para los populares. Que arrinconados, confusos y divididos intentan salir airosos de un escándalo que está asumiendo proporciones mayúsculas. Si hasta la fecha los implicados no eran miembros del PP, ahora María Dolores de Cospedal arremete contra las manzanas podridas que serán preceptivamente individuadas y eliminadas. La infección, mucho nos tenemos, se está expandiendo a un ritmo altísimo, como si fuera potenciada por ese pesticida de triste recuerdo y de peores efectos: el agente naranja!
No hay comentarios:
Publicar un comentario