2 de febrero de 2009

DÍA DEL ÁRBOL (VIRTUAL)

Magnolio centenario amenazado (foto M A Montesinos)

En el calendario de actividades señaladas tenía apuntado "sábado 31 de enero, día del árbol". Se presume que sea una de esas jornadas emblemáticas en las cuales la sociedad se moviliza, estimulada por las administraciones, para plantar árboles y plantas. Para intentar enderezar la balanza del crónico déficit históricos de zonas verdes que padece nuestra ciudad (y a pesar de que, por increíble que pueda parecer, en el 2007 Valencia fuera capital europea del árbol...). El día sin embargo transcurrió sin susultos: ni grandes (ni tampoco pequeñas...) aglomeraciones a la entrada de los viveros municipales; tampoco nos hemos cruzado con afanadas familias, estimuladas por la Concejalía de Medio-Ambiente, que habían decidido plantar árboles en los centenares de solares abandonados de la ciudad.

Tengo que decir que no me he sorprendido en absoluto (aunque lo hubiera deseado y me habría gustado llevarme una grata e inesperada alegría). Más virtuales que reales las actividades y las promesas del Ayuntamiento de Valencia, que se ha limitado a buscar la foto a beneficio de los medios de comunicación: el lugar simbólico elegido este año ha sido el Saler, que sufrió un incendio hace dos años. Se trata de concienciar a los jóvenes sobre las consecuencias de la pérdida de los árboles, se dice desde la Concejalia. Sin mencionar las reales causas de la perdida masiva de masa boscosa: la falta de una efectiva protección, la utilización de los parque naturales como zonas de ocio, la tala indiscriminada como única solución posible en ocasión de la promoción de todo tipo obras (aparcamientos subterráneos, obras del metro, limpieza de solares, construcción de viviendas).

Mientras tanto, según un estudio reciente de Consumer Eroski, el ratio de zonas verdes por habitantes es del todo insuficiente, muy lejos de los mínimos exigibles ya que no supera los 5 mq (Madrid, por ejemplo, tiene un ratio de 10 mq por habitante), a grande distancia de los 15mq/habitante que aconseja la OMS (Organización Mundial de la Salud), como cantidad mínima aceptable para las áreas urbanas.

Los más de 150 árboles monumentales de la ciudad de Valencia de momento siguen sin estar catalogados y consecuentemente sin estar protegidos, a pesar de las reiteradas promesas de la Concejalia de Medio Ambiente. La aprobación de la ordenanza de protección, con la consecuente publicació del catalogo de los árboles protegidos, hubieran sido la verdadera muestra de una inversión de rota, un deseado cambio radical con respecto al desconcertante activismo arboricida de que ha hecho gala el Ayuntamiento en los últimos años.

Acció Ecologista-Agró quiso mostrar su desaprobación y escenificó una protesta contra las repoblaciones virtuales, desplegando una pancarta en la Conselleria de Medi-Ambient.

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