Esa especie de recinto faraónico, construido a mayor gloria del reinante PP y de la megalomanía de un tal Calatrava...., parece haber encontrado su verdadera y definitiva vocación. La Ciudad de las Ciencias (CAC) entierra (nunca mejor dicho, una vez disecada la lámina de agua y recubierta con un montón de tierra...) las veleidades científicas, que en la práctica no había llevado nunca en su Adn, porque solo en contadas ocasiones ha demostrado claras intenciones divulgativas con exposiciones de calidad. Y dedica sus instalaciones a lo que más parece interesar a los apóstoles de lo efímero y de lo emblemático: un campeonato mundial de Hípica, el Global Champions Tour, a decir de los organizadores el más importante evento de ese que algunos llaman deporte. Un Museo transformado un establo! Eso sí, magnífico y reluciente de vips....
Una nueva ocasión para situar a Valencia en el mapa (pero, no estaba ya...?), "a través de esta seductora propuesta, unos caballos saltando las vallas con al fondo el Museu Príncipe Felipe...", según las palabras de los organizadores, la empresa española Oxer, que se ha quedado con los derechos del GCT por cinco años. La logística es muy complicada -la tierra especial que se emplea, la eliminación de la lámina de agua, las gradas-, lo que hace levitar notablemente el coste de las instalaciones. Además hay que tener en cuenta el limitadísimo número de asientos, tan sólo 1200, y que encima están valorando la entrada gratuita. Todas esas circunstancias hacen dudar sobre la viabilidad del proyecto y sobre todo sobre quién se hará cargo de la factura.
Como siempre habrá alguien que acudirá al rescate. Y nosotros sí que tenemos alguna idea de quién será ese alguien, verdad...?
Una nueva ocasión para situar a Valencia en el mapa (pero, no estaba ya...?), "a través de esta seductora propuesta, unos caballos saltando las vallas con al fondo el Museu Príncipe Felipe...", según las palabras de los organizadores, la empresa española Oxer, que se ha quedado con los derechos del GCT por cinco años. La logística es muy complicada -la tierra especial que se emplea, la eliminación de la lámina de agua, las gradas-, lo que hace levitar notablemente el coste de las instalaciones. Además hay que tener en cuenta el limitadísimo número de asientos, tan sólo 1200, y que encima están valorando la entrada gratuita. Todas esas circunstancias hacen dudar sobre la viabilidad del proyecto y sobre todo sobre quién se hará cargo de la factura.
Como siempre habrá alguien que acudirá al rescate. Y nosotros sí que tenemos alguna idea de quién será ese alguien, verdad...?
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