Un boliviano, trabajador en un horno de Gandia, con un sueldo misero de 23€ al día, sin contrato de trabajo y sin papeles, sufre la amputación del brazo mientras trabajaba en la máquina empastadora. Por culpa de un un panadero sin escrúpulos, explotador y que para que la producción no parara, había desconectado todos los sistemas de seguridad. Franns Rilles, que así se llama el hombre, había estado trabajando los últimos dos años en estas condiciones. Al igual que otros 4 compañeros con los cuales compartía una jornada laboral de 12 horas, seis días a la semana y sin vacaciones.
Una explotación laboral como tantas otras en esta España de la Champions League de las economías europeas: una historia que Franns hasta la fecha seguía compartiendo con centeneras de miles de inmigrantes, que con su trabajo incansable siguen alimentando el sueño enfermizo de un recién adquirido bienestar del pueblo español. Que sin embargo poco o nada reciben a cambio: son más los palos que que se llevan, las exclusiones y las miradas desconfiadas, los insultos y las culpas de una crisis que algunos piensan que depende en parte de que nos roban, a nosotros a los honestos ciudadanos con pasaporte comunitario, nuestros merecidos puestos de trabajo por gracia recibida...
Las cosas para Franns Illes han terminado con un brazo arrancado y tirado a la basura "porque la producción tenía que seguir", según afirma el excelente empresario panadero. Y con un abandono en la carretera, a 50 metros de distancia del hospital para que el ilustre dueño del horno no se viera implicado en el accidente. A punto de desangrarse (igual es lo que pretendía el ilustre empresario...), un alma caritativa lo ha socorrido y lo ha llevado al hospital donde afortunadamente se recupera lentamente pero satisfactoriamente.
Mientras que la justicia investiga los hechos, habiendo clausurado ya el horno, el Gobierno se ha apresurado a difundir la noticia de la posible regularización de Franns Illes. Un gesto sin duda honorable, que sin embargo me deja un regustillo amargo a mala consciencia: esa que deriva de la poca o nula implicación de la Inspección de Trabajo en erradicar la lacra de los accidentes de trabajo, del amparo que se concede al empresario que explota a los sin papeles, de los leves castigos (multas de pocos miles de euros.) que reciben los empresarios por no cumplir las normas de seguridad.
Esa mala consciencia que ahora se transforma en benevolencia y premio al sufrimiento de Franns. El Gobierno cree que ahora Franns podrá recibir una compensanción equivalente y proporcionada por haber generado con su trabajo plusvalías millonarias ?
Pd: pequeño detalle, la Consejería de Inmigración ha ofrecido el asesoramiento de un mediador intercultural [sic!], aunque no resulta que el President Camps después del rezo cotidiano haya acudido al cabezal de Franns para ofrecerle su apoyo y su solidaridad cristiana...
Una explotación laboral como tantas otras en esta España de la Champions League de las economías europeas: una historia que Franns hasta la fecha seguía compartiendo con centeneras de miles de inmigrantes, que con su trabajo incansable siguen alimentando el sueño enfermizo de un recién adquirido bienestar del pueblo español. Que sin embargo poco o nada reciben a cambio: son más los palos que que se llevan, las exclusiones y las miradas desconfiadas, los insultos y las culpas de una crisis que algunos piensan que depende en parte de que nos roban, a nosotros a los honestos ciudadanos con pasaporte comunitario, nuestros merecidos puestos de trabajo por gracia recibida...
Las cosas para Franns Illes han terminado con un brazo arrancado y tirado a la basura "porque la producción tenía que seguir", según afirma el excelente empresario panadero. Y con un abandono en la carretera, a 50 metros de distancia del hospital para que el ilustre dueño del horno no se viera implicado en el accidente. A punto de desangrarse (igual es lo que pretendía el ilustre empresario...), un alma caritativa lo ha socorrido y lo ha llevado al hospital donde afortunadamente se recupera lentamente pero satisfactoriamente.
Mientras que la justicia investiga los hechos, habiendo clausurado ya el horno, el Gobierno se ha apresurado a difundir la noticia de la posible regularización de Franns Illes. Un gesto sin duda honorable, que sin embargo me deja un regustillo amargo a mala consciencia: esa que deriva de la poca o nula implicación de la Inspección de Trabajo en erradicar la lacra de los accidentes de trabajo, del amparo que se concede al empresario que explota a los sin papeles, de los leves castigos (multas de pocos miles de euros.) que reciben los empresarios por no cumplir las normas de seguridad.
Esa mala consciencia que ahora se transforma en benevolencia y premio al sufrimiento de Franns. El Gobierno cree que ahora Franns podrá recibir una compensanción equivalente y proporcionada por haber generado con su trabajo plusvalías millonarias ?
Pd: pequeño detalle, la Consejería de Inmigración ha ofrecido el asesoramiento de un mediador intercultural [sic!], aunque no resulta que el President Camps después del rezo cotidiano haya acudido al cabezal de Franns para ofrecerle su apoyo y su solidaridad cristiana...
1 comentario:
Hola.
Lo de darle papeles es una cosa que está contemplada en las leyes, y que el gobierno ha usado para hacer una declaración cara a la galería.
Lo importante del caso es que esto es la punta del iceberg. La cantidad de inmigrantes ilegales a sueldo mísero que contratan los empresarios es enorme.
Yo veo continuamente en la pantera rosa de Valencia como llegan y se van furgones repletos de inmigrantes (casi seguro que son ilegales, se ve en los gestos) y se los llevan al campo, a la obra o donde sea.
Y que nadie se equivoque. Es justamente esa economia sumergida generalizada la que provoca el efecto llamada, y no cuestiones políticas. Los inmigrantes ilegales saben que en España se puede trabajar de forma relativamente fácil, aunque con sueldos míseros.
Pero claro, ahí está el divino crecimiento económico que se priorizado sobre todo. La explotación, la vuelta a la semi-esclavitud se ha tolerado durante muchos años, ¿Tanto cuesta doblar el cuerpo de inspectores? ¿O es que falta voluntad política?.
Te invito a visitar mi blog.
Un saludo.
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