Un gesto tan cotidiano como pedir una o más bolsas de plástico para llevarse la compra a casa representa un problema ecológico de gran magnitud. Los españoles consumimos una media de 238 bolsas al año, más de 10.000 millones en todo el conjunto de España, que soltadas en el medio tardarán una media de 400 años en ser absorbidas. Las bolsas de plástico se fabrican con un derivado del petróleo, que como bien sabemos es muy contaminante, afecta al cambio climático y tiene fecha de caducidad. Además solo se recicla el 10% de bolsas, aunque según Cicloplast, asociación de reciclado de plásticos, el 65% acaba reutilizada como bolsa de basura en los hogares. Que a su vez acaba en los vertederos o en las incineradoras, cuando no en las playas en un 20% de los casos.
Un coste ambiental y económico inasumible e inútil, máxime cuando la solución es relativamente fácil de aplicar: retirarlas paulatinamente del mercado, volver al uso de las bolsas reutilizables tipo rafia, en casos limitados usar las bolsas biodegradables. Esa es la vía para las 35 empresas valencianas, que deberán reconvertir su producción: ahora es posible, gracias a los avances tecnológicos que permiten producir productos bioplásticos de calidad, a partir de materias orgánicas como el almidón de maíz o la fécula de patata. Eso sí, es imprescindible la ayuda de la administración pública que tiene que subvencionar la reconversión, a través de ayudas a la compra de la bolsas biodegradables en los comercios.
El camino está trazado, el resto de Europa aplica desde hace mucho tiempo políticas de eliminación de bolsas de un solo uso, señal que no resulta tan complicado prescindir de ellas.
Es un cambio de hábitos muy saludable!
*Publicado en el suplemento Bio de El Mundo
Un coste ambiental y económico inasumible e inútil, máxime cuando la solución es relativamente fácil de aplicar: retirarlas paulatinamente del mercado, volver al uso de las bolsas reutilizables tipo rafia, en casos limitados usar las bolsas biodegradables. Esa es la vía para las 35 empresas valencianas, que deberán reconvertir su producción: ahora es posible, gracias a los avances tecnológicos que permiten producir productos bioplásticos de calidad, a partir de materias orgánicas como el almidón de maíz o la fécula de patata. Eso sí, es imprescindible la ayuda de la administración pública que tiene que subvencionar la reconversión, a través de ayudas a la compra de la bolsas biodegradables en los comercios.
El camino está trazado, el resto de Europa aplica desde hace mucho tiempo políticas de eliminación de bolsas de un solo uso, señal que no resulta tan complicado prescindir de ellas.
Es un cambio de hábitos muy saludable!
*Publicado en el suplemento Bio de El Mundo