Entre la ética y la estética, entre la moral pública y los vicios privados, en la ciudad de Valencia hay una amplia zona gris que la policía local de Valencia se encarga de rellenar con una encomiable labor educativa digna de mención.....
En mi recorrido habitual por los alrededores de la calle Micer Mascó (en zona Jardines de Monforte, para entendernos), me topo un día sí y otro también con doble fila y coches ocupando el carril bus: algo normal en nuestra ciudad, dirán algunos (¿?) -a mi no me lo parece, de hecho pienso que estos comportamientos incívicos a parte de ser una ofensa permanente, perjudican nuestra calidad de vida-. Pero lo que ya es del todo anormal es ver como un coche de la policía local aparca en la acera, probablemente para que sus ocupantes puedan almorzar en un bar cercano...
...Y que al día siguiente se haya adueñado de ese mismo lugar en la acera un coche particular, que por una simple regla de tres no podrá ser sancionado por esos mismos agentes que un día antes almorzaban tranquilamente en el bar cercano...
Mientras tanto, en la calle Micer Mascó el tránsito se desarrolla con crecientes dificultades, los tres carriles se transforman en un único carril por el cual tiene que rodar un autobus de la EMT...
A todo eso, la reforma de la Ley de Tráfico ha merecido los comentarios de los policías local de Valencia, que en Levante-EMV afirman que con los cambios se aprecian mayores dificultades para sancionar las infracciones (¿?), llegando a vaticinar 'menos multas en el futuro', además de que con esos cambios 'se elimina la discrecionalidad de los agentes y si notan que la multa es injusta no la ponen(¿?)'. Ante todo, coherencia y apego al deber!
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