Si recibo la confianza en este
proceso de primarias para ser parte del nuevo gobierno municipal, impulsaré el uso gratuito de los edificios municipales en los barrios por las agrupaciones y movimientos sociales y vecinales.
Los movimientos sociales y las asociaciones vecinales son el pilar en nuestros barrios, sobre el que debe erigirse la construcción del nuevo relato de una ciudad solidaria y en convivencia. Ellas, sus integrantes, son las primeras en observar las anomalías que pueden surgir y surgen en nuestros barrios y también las primeras en advertirlas, y en proponer medidas para solucionarlas. Por eso, en lugar de darles la espalda como se ha hecho durante las últimas décadas, la administración lo que debe hacer es facilitar su operatividad. Mi intención de ser concejal es la de promover la cesión del uso de los edificios municipales repartidos por la ciudad por parte de los colectivos y movimientos sociales.
Las valencianas hemos hecho una importante inversión para disponer por toda la ciudad de edificios y locales municipales que, en muchas ocasiones, están infrautilizados debido a la mala gestión o la desidia del gobierno de Rita Barberá, mientras muchas vecinas, al mismo tiempo, trabajan gratuita y desinteresadamente por mejorar las condiciones de vida de todas. Qué menos puede hacer la administración que facilitarles un espacio que es suyo para que sigan realizando esa función.
Sin ir más lejos, la asociación vecinal
Amics de la Malva, surgida como respuesta ciudadana a la pasividad de la asociación oficial fagocitada por el PP y que ha demostrado ser muy activa en la Malvarrosa y en todo el marítimo, recientemente se quedó sin local donde reunirse y desarrollar sus múltiples actividades, ante la imposibilidad material de seguir pagando el alquiler, tras mucho tiempo pidiendo ayuda municipal nunca recibida. Frente a esto, el nuevo gobierno municipal estará al lado de los vecinos y vecinas que están comprometidos con su barrio y las personas que allí conviven, poniendo a disposición un local en condiciones, donde puedan seguir desarrollando su actividad comprometida con su entorno inmediato.
Lo mismo sucede con la combativa
Asamblea de Parados de Orriols y Torrefiel, que ha estado reclamando durante mucho tiempo a la administración municipal, sin que le hagan caso alguno, un local para poderse reunir y llevar a cabo los talleres de autoempleo y otras actividades solidarias con las vecinas de estos dos barrios con graves problemas de marginación y desempleo.
Son dos casos de manual de la enorme distancia existente entre la ciudadanía y un gobierno municipal perezoso unas veces, y tremendamente sectario en la mayoría de los casos. Estas cosas con un gobierno de
Compromís per València del cual espero ser parte, no se repetirán. Es más, el nuevo gobierno transformador que empezará su andadura a partir de junio 2015, pondrá en valor la implicación ciudadana para mejorar las condiciones de vida de los barrios abandonados a su suerte por el PP en todo estos años: las asociaciones y plataformas vecinales recibirán toda la colaboración y apoyo municipal para desarrollar sus actividades y propuestas.
Estas asociaciones y sus integrantes llegan a donde enocasiones los ayuntamientos no podemos llegar y es justo y necesario que la administración facilite su impagable tarea.